Preguntas más frecuentes
El virus respiratorio sincitial se transmite fácilmente desde una persona infectada a través de las gotitas emitidas al hablar o al toser.
El virus también puede sobrevivir en superficies durante muchas horas, y contagiar a las personas si tocan estas superficies contaminadas.
Los síntomas más frecuentes son parecidos a los del resfriado común: congestión nasal, tos, fiebre, pérdida del apetito, falta de energía.
Estos síntomas se pueden agravar (fiebre alta, tiraje o dificultad para respirar), cualquier lactante está en riesgo de sufrir una enfermedad grave por virus respiratorio sincitial, como bronquiolitis o neumonía.
La mayoría de los lactantes con infección por el virus respiratorio sincitial tendrá síntomas leves, sin afectación de los bronquios ni los pulmones.
Sin embargo, en ocasiones este virus también puede provocar problemas de las vías respiratorias inferiores (como bronquiolitis, bronquitis y neumonía), que pueden ser graves.
La bronquiolitis es la inflamación de las ramas más finas de los bronquios, que produce obstrucción y dificultad para respirar en los lactantes. Al respirar, tanto en la inspiración como en la espiración, el aire fluye por las vías respiratorias: la tráquea se divide en dos bronquios, izquierdo y derecho, que a su vez siguen dividiéndose en tubos cada vez más estrechos, hasta llegar a los más finos, los bronquiolos, y finalmente al destino final, los alveolos.
Es más frecuente en los niños más pequeños (menores de 2 años), especialmente en los menores de 6 meses.
La causa habitual es la infección por uno o varios virus.
El virus que más frecuentemente produce las bronquiolitis es el virus respiratorio sincitial (más conocido por sus siglas, VRS), que en España es más común durante los meses fríos (noviembre-marzo). Se sabe que el 60-70% de los casos de bronquiolitis se deben a este virus.
Existen otros virus que también pueden producir bronquiolitis, como rinovirus, metaneumovirus, adenovirus, bocavirus, y otros.
El virus respiratorio sincitial puede afectar con mayor gravedad a los lactantes que han nacido prematuros o con determinadas patologías, en los primeros años de vida.
Sin embargo, la gran mayoría (98%) de los lactantes con bronquiolitis por el virus respiratorio sincitial que precisan ingreso en el hospital no tienen ninguna patología de base, estando previamente sanos. Aproximadamente, uno de cada 50 lactantes menores de 12 meses ingresa en algún momento por una bronquiolitis por virus respiratorio sincitial.
Actualmente, esta infección no tiene un tratamiento antiviral disponible. El tratamiento es únicamente sintomático: lavados nasales, hidratación adecuada, antitérmicos si hay fiebre.
En el caso de las infecciones graves por el virus respiratorio sincitial se debe ingresar en el hospital para administración de oxígeno u otras medidas, como ingreso en la unidad de cuidados intensivos para otras técnicas más agresivas como soporte respiratorio no invasivo o incluso ventilación mecánica.
En ocasiones, puede haber complicaciones por sobreinfecciones bacterianas, que suelen agravar el cuadro de bronquiolitis, por lo que se debe añadir tratamiento antibiótico en esos casos.
Entre las medidas, se recomiendan:
- Lavarse las manos con frecuencia.
- Evitar el contacto estrecho con cualquier persona que presente síntomas de infección respiratoria.
- Desinfectar juguetes, superficies y utensilios de cocina.
Es un medicamento, compuesto por anticuerpos, es decir, defensas para proteger al lactante directamente contra el virus. Estos anticuerpos no proceden de otras personas, a diferencia de otros anticuerpos que se usan en medicina para otras infecciones, que si proceden de donaciones de sangre de personas. Los anticuerpos monoclonales, la tecnología empleada con este fármaco, se fabrican en el laboratorio.
Este anticuerpo bloquea al virus, para que no pueda hacer su acción habitual contra el organismo, durante al menos 6 meses después de su administración.
En los ensayos clínicos realizados, comparando a lactantes a los que se les administró Nirsevimab con otros a los que no se les puso, se observó que los que recibieron el medicamento tuvieron un 80% menos de bronquiolitis por el VRS y de ingreso por este problema.