Ir a versión para imprimirVer la página en PDF

Preguntas más frecuentes

Las fuentes potenciales de infección incluyen cualquier equipamiento que pueda producir aerosoles.
 
Los brotes producidos por torres de refrigeración son los que mayor impacto tienen en la población debido a la gran dispersión que pueden tener los aerosoles que producen, así como sistemas de agua caliente, balnearios (spas, duchas, …), nebulizadores y fuentes ornamentales.
 
Otros brotes se restringen a establecimientos y lugares cerrados como hospitales, hoteles, barcos, etc.
 
La enfermedad tiene una presentación estacional y los casos se producen con mayor frecuencia a finales de verano y en otoño.

Dolores musculares, cansancio, dolor de cabeza, pérdida de apetito, tos seca y fiebre, lo que lleva a la neumonía. A veces se produce diarrea y los pacientes pueden sufrir confusión.

Por inhalación de pequeños aerosoles que contienen la bacteria.
La infección NO se contagia de una persona a otra. La enfermedad se transmite por inhalación de aerosoles (pequeñas gotas de agua que se evaporan muy rápidamente) de un sistema de agua contaminada.
No se transmite:
- De persona a persona.
- Ni bebiendo agua contaminada por la bacteria.

Para que se desarrolle la enfermedad es preciso que:

  • La bacteria entre en la instalación.
  • Se multiplique en ella.
  • Se disperse en forma de aerosoles.
  • Sea una cepa virulenta para el hombre.
  • Estén expuestos individuos susceptibles.

Las personas de todas las edades son susceptibles de ser infectadas pero principalmente afecta a personas mayores de 50 años. Los hombres son tres veces más susceptibles de contraer la enfermedad que las mujeres.
Su desarrollo va a depender de los factores de riesgo que incrementan las posibilidades de contraer la enfermedad y que, además, complican el pronóstico y dificultan el tratamiento como son el ser fumador, diabético, tener edad avanzada o problemas respiratorios, así como personas con bajas defensas como pacientes trasplantados o en tratamiento con corticosteroides.

El período de incubación puede variar de 2 a 14 días, con una media de 6 a 7 días después de la exposición. En algunos brotes (Holanda, Portugal) se han observado casos con periodos de incubación de 19 días.

Hay antibióticos específicos que son eficaces en el tratamiento de la enfermedad.

Un diagnóstico rápido puede hacerse mediante pruebas de una muestra de orina del paciente, una vez que se han producido los síntomas de la enfermedad.

Si usted cree que tiene esta infección, debe informar a su médico para que confirme si usted padece la enfermedad y en caso afirmativo ponerle el tratamiento correspondiente.

Hay regulaciones estrictas para asegurar que los sistemas de agua utilizados para la refrigeración por aire o para su uso en centros comerciales, turísticos y otros edificios se mantengan con las condiciones que minimicen el riesgo de la enfermedad y no alberguen la bacteria que causa la legionelosis.

Páginas