Tratamiento de complicaciones

El objetivo primario en el tratamiento médico de las personas con trastorno alimentario es corregir la desnutrición y sus complicaciones.

 

Corrección hidroelectrolítica

La conducta purgativa más habitual es el vómito. Los vómitos frecuentes dan lugar a alteraciones electrolíticas que ya hemos comentado. Los niveles bajos de potasio, sodio y otros iones pueden normalmente tratarse con suplementación por vía oral salvo en déficits severos. Un descenso de potasio, fósforo, magnesio y tiamina,  acompañado de un aumento rápido de peso, obliga a descartar un posible síndrome de realimentación y valorar el ingreso hospitalario. Hay que avisar al paciente que cuando cesan los vómitos, debido a una adaptación renal (pseudo síndrome de Bartter) puede haber retención hídrica y edemas con ganancia transitoria de peso que puede durar hasta tres semanas. En estos casos la restricción de sal y la elevación de los miembros inferiores pueden disminuirlos. Por este motivo también hay tener precaución con el aporte de líquidos en los pacientes con deshidratación. 
 
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Tratamiento de la amenorrea-infertilidad

La recuperación de peso suele restaurar el ciclo menstrual en la mayoría de las pacientes, en un intervalo que varía según los estudios realizados (hasta 9 meses de media tras la normalización del peso).  La menstruación suele volver en la mayoría de los casos cuando se alcanza al menos el 90% del peso saludable. En las pacientes en las que no se consigue, hay que descartar otras patologías, como el síndrome de ovario poliquístico, aunque en ocasiones se debe a la persistencia de conductas purgativas o situaciones de elevado estrés. 
 
Con respecto a la fertilidad, se suele recuperar también con la normalización del peso. Hay que tener en cuenta que puede haber gestación aún en situación de amenorrea con el riesgo que esto supone tanto para madre como para el futuro recién nacido. En general no está recomendado realizar tratamiento de fertilidad en pacientes no recuperados completamente que tengan deseo gestacional.
 

Tratamiento de osteopenia/osteoporosis

La recuperación ponderal y del eje gonadal son los principales objetivos del tratamiento. La presencia de osteopenia y osteoporosis puede a veces servir de motivación al paciente para aumentar de peso e intentar mejorar o al menos no empeorar su situación clínica. Hay que recomendar la importancia de dejar hábitos tóxicos como el tabaco y el alcohol. El efecto protector del ejercicio físico queda anulado en condiciones de restricción ya que puede retrasar la recuperación ponderal.
 
La ingesta adecuada de calcio y vitamina D es muy importante durante la adolescencia y se ha demostrado la relación con el riesgo de fracturas de estrés durante la edad adulta. No existen estudios prospectivos en población con anorexia nerviosa, pero el consenso es unánime en suplementar con calcio y vitamina D (1200 mg de Calcio y 600-800 UI/d de vit D) a este grupo de pacientes con aportes alimentarios habitualmente subóptimos.
 
En general, aunque hay algunos estudios en mujeres con dosis bajas de estrógenos orales que parecen mejorar los valores densitométricos, los anticonceptivos orales no han demostrado mejorar la masa ósea. A partir de los 14 años de edad ósea (para no interferir en el crecimiento) si hay osteopenia, se puede considerar el uso de tratamiento hormonal sustitutivo (estrógenos en parches y progesterona oral cíclica en mujeres y testosterona en varones) aunque hay pocos estudios al respecto y la evidencia no es sólida, por lo que debe considerarse siempre de forma individualizada. En menores de 14 años de edad ósea tampoco hay recomendaciones claras. 
El uso de bifosfonatos no se recomienda en adolescentes o con perspectivas futuras de maternidad. En mujeres adultas, con osteoporosis o con fracturas por fragilidad y sin deseo gestacional, sí se pueden usar (mismas recomendaciones que en mujeres postmenopausicas). No hay suficientes datos para recomendar en adultos tratamiento con teriparatida, denosumab o IGF-1 recombinante.
 
La solicitud de densitometría ósea (DMO) en niños y adolescentes con enfermedades crónicas, incluyendo los trastornos alimentarios, debe sopesarse en función del riesgo de fracturas y las posibilidades de intervención terapeútica. Actualmente, el consenso es medir la DMO tras un mínimo de 6 meses de amenorrea y no repetir la exploración antes de un año.
 

Tratamiento del estreñimiento

El estreñimiento es un problema muy generalizado entre las pacientes con trastornos alimentarios. Habitualmente, tras el ingreso y el cese del uso de laxantes, tiene buen pronóstico con las medidas habituales: hidratación, aumento en el contenido de fibra insoluble (salvado de trigo) y hábito horario para estimular el reflejo de la defecación. No obstante, el abuso crónico de laxantes puede ocasionar un daño duradero en la motilidad colónica, por lo que, en las pacientes más graves, el aumento en el contenido de fibra empeorará los síntomas de distensión y flatulencia y una estrategia más realista es reducir paulatinamente la dosis de los laxantes catárticos y reemplazarlo paulatinamente por polietilenglicol (PEG), o cualquier otro laxante osmótico hasta que la rehabilitación nutricional consiga una recuperación progresiva de la función intestinal.

Tratamiento del síndrome de realimentación

Suele aparecer asociado a un excesivo aporte calórico inicial o por una progresión rápida del mismo, en pacientes con desnutrición severa previa. Se manifiesta por alteraciones neurológicas, respiratorias y cardíacas; con sobrecarga hídrica, déficit de electrolitos (hipofosfatemia, hipomagnesemia e hipopotasemia, fundamentalmente) y déficit de vitaminas (tiamina). 
 
Si se sospecha habría que disminuir el aporte nutricional, reponer iones por vía oral, o iv si la depleción es severa, y administrar tiamina antes de progresar con la alimentación de forma muy lenta y con un control analítico estrecho. Normalmente precisan hospitalización salvo, en casos muy leves.