Actitud ante el/la paciente y su familia
- Ante la sospecha de un trastorno de la conducta alimentaria es importante explorar de forma empática dicho trastorno evitando en todo momento culpabilizar a la paciente, manteniendo siempre una escucha activa y una actitud abierta. Para ello debemos:
- Informar a la paciente de forma clara de nuestra sospecha y de las actuaciones recomendadas, así como de los recursos existentes para una adecuada atención.
- Tras la información a la paciente y la resolución de dudas, es conveniente realizar un examen físico y analítico de la misma.
- Es fundamental mostrar nuestro interés en el caso no transmitiendo juicios o críticas a la paciente o la familia.
- Es importante comprender la angustia y la preocupación de los familiares y otorgarles un papel clave en la recuperación del paciente, necesario para establecer un abordaje integral de la patología.
- No es aconsejable la intervención psicoterapéutica ni familiar por profesionales ajenos a la red de Salud Mental, que son los competentes en esta materia.
- Es importante no olvidar que la evolución de los trastornos suele ser de varios años y puede acompañarse de alternancias de fases de anorexia y de bulimia con predominio sintomatológico de vómitos, potomanía, acopio de alimentos, caprichos alimenticios,... Lo que genera gran angustia a los familiares que describen las fases como situaciones aisladas y separadas.
- Es deseable mantener una actitud receptiva y contenedora, escuchando los temores de la familia sin culpabilizarles. Al informar, ser concisos pero claros, evitando tecnicismos. En ningún caso ser alarmistas, aunque hagamos constar explícitamente la complejidad para entender y abordar el cuadro. Resaltar lo positivo, obviando centrarnos exclusivamente en lo patológico, y no subrayando hipotéticos pronósticos inciertos.
- Se debe evitar plantear atenciones superespecializadas o lugares utópicos idealizados para realizar el tratamiento. En caso de precisar ingreso hospitalario, éste no será una medida aislada y tendrá unos objetivos en el plan terapéutico diseñado por el especialista.
- Es fundamental no precipitarse y recordar que realizar evaluaciones conjuntas con profesionales de Salud Mental va a favorecer la convergencia de las intervenciones y la llegada a acuerdos, evitando los mensajes contradictorios.