Detección desde las oficinas de farmacia

Las personas con trastorno alimentario suelen preocuparse excesivamente por el peso y la imagen corporal. Esta preocupación puede reflejarse en:
 

  • Consulta sobre productos o consejos para la pérdida de peso.

 

  • Consulta sobre productos orientados a mejorar la imagen física (cremas anticelulíticas, “quemagrasas”, etc).

 

  • Consulta sobre productos para la reducción del apetito.

 

  • Consulta sobre productos empleados de forma disfuncional para la purga: diuréticos, laxantes.

 

  • Asistencia excesivamente frecuente para comprobación del peso corporal en la báscula de la oficina de farmacia.

 

Es importante que el personal de farmacia considere que:

 

  • Las personas con trastornos alimentarios pueden tener cualquier peso.
  • Las personas con trastornos alimentarios pueden ser hombres o mujeres.
  • Las personas con trastornos alimentarios pueden tener cualquier edad.
  • Por todo lo anterior, cualquier persona que muestre una preocupación por su peso, productos adelgazantes, estéticos o purgativos es susceptible de padecer un trastorno alimentario.
  • Es frecuente observar cambios en la figura corporal (por defecto o por exceso) a lo largo del tiempo y observable en clientes habituales de la oficina de farmacia.

 
 

En caso de detectar un posible trastorno alimentario, es fundamental recomendar acudir a su centro de salud para que sea valorado y en caso necesario, derivado a una unidad de tratamiento, con el fin de facilitar una detección precoz e intervención temprana.