Regulación emocional y relaciones familiares

Favorecen la regulación emocional y la comunicación familiar las siguientes recomendaciones:
 

  • Transmitir respeto y valoración del mundo emocional, escuchando atentamente, sin culpabilizar, etiquetar o ridiculizar por ninguna emoción. Respetar no es lo mismo que estar de acuerdo, igual que sentir no es lo mismo que actuar.

 

  • Felicitar, elogiar, de forma específica y descriptiva, evitando comparar o etiquetar  a la persona con conceptos genéricos. Las felicitaciones deben superar siempre a las críticas.

 

  • Ejercer un estilo constructivo en crítica y autocrítica: con concreción, en el aquí y ahora, centrado en soluciones, aprendiendo de los errores. Las personas dan lo mejor de sí mismas desde la confianza y la esperanza, no desde la crítica destructiva y perfeccionista.

 

  • Abrirse a exponer y respetar diferencias y resolver desacuerdos de forma respetuosa, sin evitar el conflicto. La escucha, el diálogo y la negociación son las bases de la auto-regulación sana.

 

  • Enseñar a tolerar límites y demorar gratificaciones, facilitando la expresión emocional respetuosa de emociones como la frustración, el enfado o la tristeza. 

 

  • Promover las aficiones y capacidad de disfrute del tiempo libre, evitando estructurar todo el calendario en torno a tareas productivas.  Para el desarrollo emocional de un niño no hay nada más “productivo” que el juego.