¿Por qué tengo que seguir en tratamiento si ya no tengo síntomas?
No “tienes que” pero es recomendable. Los síntomas alimentarios son sólo la punta del iceberg. Por debajo de los síntomas se encuentran todos los factores que contribuyeron a que llegaras a los mismos.
Esos factores deben ser tratados para prevenir recaídas: tu autoestima, tu forma de relacionarte con los demás, tu manera de afrontar los problemas y tus emociones... Son aspectos que merecen ser analizados y fortalecidos.