No, no es “gula”. Es un síntoma, un problema emocional, no es un vicio ni un pecado. El objetivo, igual que en otros problemas alimentarios, no es que la persona deje de ingerir alimentos de manera compulsiva por control externo sino que sea capaz de regularse a sí misma. Por ello, la ocultación de alimentos, los candados en despensas y neveras… no funcionan. Sí puede ser útil evitar una excesiva estimulación en ese sentido y dosificarlo con objeto de ayudar a la persona en su objetivo de controlarse. Pero nunca prohibirlo, y menos aún en contra de su voluntad.
Undefined
Categoría:
Orden:
7