Preguntas frecuentes

¿Qué es el sarampión?

Es una enfermedad infecciosa producida por un virus, denominado Morbillivirus, y altamente contagiosa. Una persona con la infección podría contagiar a su vez a entre 12 y 18 personas con las que hubiera mantenido contacto, mientras dura su proceso de enfermedad.

 

Precisamente, por este motivo se procura conseguir que toda la población en general disponga de inmunidad en más del 95% del total de personas, lo que permite detener la transmisión de esta enfermedad e, incluso, su erradicación.

¿Puede causar complicaciones graves?

Las complicaciones más comunes son otitis media, diarrea, inflamación y ocupación de los senos y afectación de los ganglios cervicales. También puede haber complicaciones más severas a nivel respiratorio como laringitis, bronquitis, neumonías o neumotórax y a nivel neurológico puede prococar encefalitis con clínica de cefalea, convulsiones, fiebre y alteración de la conciencia, entre otros síntomas. Asimismo, se han descrito casos de afectación del músculo cardíaco o en las células de la sangre.

Es importante saber que esta enfermedad produce una debilidad del sistema inmune de la persona que la padece lo que, además, puede conllevar un aumento del número de procesos infecciosos durante los tres años siguientes.

Las complicaciones asociadas al sarampión ocurren en alrededor del 30% de los casos y son más frecuentes en población infantil menor de cinco años, en adultos y en personas con inmunodepresión, ya sea por enfermedad como leucemias y cáncer, entre otros, y/o tratamientos. Igualmente, en estos grupos de población el riesgo de mortalidad es mayor que en la población general.

¿Quiénes están en riesgo de contraer sarampión?

Pueden contagiarse todas las personas que no se hayan vacunado con dos dosis de vacuna o quienes no hayan pasado el sarampión.

¿Cómo se contagia?

El sarampión es una de las enfemedades más contagiosas. Se transmite de persona a persona, por diseminación de gotitas expulsadas o suspendidas en el aire al hablar o toser o bien por contacto directo con las secreciones nasales o faríngeas de personas infectadas.  

 

La persona que curse esta enfermedad puede transmitir la infección desde cuatro días antes de la aparición del sarpullido y hasta cuatro días después.

¿Qué síntomas provoca?

Los síntomas del sarampión suelen aparecer entre 10 y 14 días después de la exposición al virus. 

Los primeros síntomas incluyen secreción nasal, tos, ojos llorosos y enrojecidos y pequeñas manchas blancas en la cara interna de las mejillas, denominadas manchas de Koplik, durante un período de cuatro a siete días.

 

Posteriormente aparece el un sarpullido rojo que suele comenzar en la cara y la parte superior del cuello, entendiéndose al resto del cuerpo hasta llegar a las palmas de las manos y  de los pies. Este sarpullido no produce picor y generalmente dura entre 5 y 6 días hasta que se desaparece.

¿Están aumentando los casos de sarampión en nuestro entorno?

La vacunación había conseguido una disminución de la morbilidad y mortalidad por sarampión, llegando a tener controlada esta infección. Sin embargo desde 2017en nuestro país se está produciendo un aumento de casos por muy diversas causas debidas principalmente a la resistencia de las personas a vacunarse, a completar la vacunación o bien a causa de la fatiga sobrevenida por la vacunación frente al COVID.

En los últimos años no se está alcanzando el porcentaje planteado de vacunación, fijado en un 95%. Por lo tanto, el objetivo actualmente se centra en conseguir la mayor cobertura vacunal posible para evitar que esta enfermedad vuelva a suponer una amenaza a nivel mundial.

¿Cuándo es recomendable vacunarse?

La vacunación a nivel de toda la comunidad es la forma más eficaz de prevenir el sarampión. La vacuna es segura y eficaz.

 

Es fundamental la vacunación sistemática en la infancia con la vacuna triple vírica incluida en el calendario infantil a los 12 meses y a los tres-cuatro años. Asimismo, resulta esencial la administración de una segunda dosis, que induce una mayor protección.

Actualmente, se está realizando una captación activa de la población que por su edad probablemente no haya estado expuesta al virus circulante durante su infanci

¿Qué debo hacer para vacunarme?

Las personas adultas nacidas a partir de 1970 que no tengan constancia de haber recibido dos dosis de vacuna o que no hayan pasado la enfermedad deberán ponerse en contacto con su centro de salud o consultorio local para vacunarse.

Asimismo, los menores que no hayan recibido la segunda dosis de la vacuna triple vírica tras cumplir los 5 años es conveniente que también se vacunen para evitar contraer el sarampión.

Soy adulto, ¿puedo vacunarme si no lo he hecho en la infancia?

Debes vacunarte si no tienes evidencia de haber padecido el sarampión o de haber recibido las dos dosis de vacuna.

 

Los adultos nacidos a partir de 1970 es esencial que se vacunen, pudiendo además vacunarse todas aquellas personas de cualquier otra edad. Es fundamental conseguir la cobertura deseada del 95%.

¿Hay que vacunarse de sarampión más de una vez a lo largo de la vida?

Una persona vacunada con las dos dosis descritas se considera correctamente vacunada y no necesita más dosis de recuerdo, en condiciones normales.

Si he pasado el sarampión, ¿debo vacunarme?

No es necesario vacunarse si se dispone de evidencia de haber pasado el sarampión. Asimismo, no habría un problema por haberse vacunado y haberlo podido pasar sin que se supiera previamente.

¿En qué situaciones está contraindicada la vacunación?

Se trata de una vacuna de virus vivos atenuados, por lo que no se puede administrar en mujeres embarazadas ni en personas inmunodeprimidas.

 

Tampoco puede administrarse en personas alérgicas a alguno de los componentes de la propia vacuna.

 

(*) Texto basado en el documento de la Asociación Española de Vacunología (AEV) “10 Claves sobre el Sarampión” Enero de 2024