La formación de los profesionales sanitarios y el enfoque de humanización, ejes transversales de la Estrategia de Cuidados Paliativos Pediátricos de Castilla-La Mancha
La directora general de Humanización y Atención Sociosanitaria, María Teresa Marín, ha inaugurado hoy las II Jornadas Antonio Cepillo de Humanización en Pediatría en Castilla-La Mancha, que reúnen a cerca de 150 personas en Albacete.
Marín ha destacado la figura de Antonio Cepillo, “un precursor y un faro en la humanización de la Sanidad regional, empuje para nuestro Plan de Humanización que cumple ahora dos años”.
Albacete, 27 de marzo de 2025.- La formación de los profesionales sanitarios y el enfoque de humanización son dos de los ejes transversales de la Estrategia de Cuidados Paliativos Pediátricos de Castilla-La Mancha, en la que está trabajando de forma intensa la Consejería de Sanidad.
Así lo ha puesto de manifiesto la directora general de Humanización y Atención Sociosanitaria, María Teresa Marín, que hoy ha inaugurado las II Jornadas Antonio Cepillo de Humanización en Pediatría en Castilla-La Mancha, una actividad que reúne a cerca de 150 personas en Albacete y que, en esta segunda edición, abordan la humanización en cuidados paliativos pediátricos.
La directora general ha explicado que el enfoque de humanización “nos permite centrar todo lo que hacemos en el paciente y su entorno, en su familia, su contexto, en su momento vital”. “Los niños no son adultos pequeños y no podemos tratarlos igual. Los planteamientos, interrogantes, miedos, del entorno y de la persona cuando el paciente es un niño y te enfrentas a una enfermedad grave como puede ser un cáncer, una enfermedad rara o una patología neurodegenerativa, en la que hay un pronóstico de inminente final de la vida, no son los mismos y hay que poner una atención especial”, ha explicado la directora general.
En este sentido, ha apostado por la necesaria formación de los profesionales que van a atender a ese paciente joven, a su familia, a su entorno porque para los profesionales “tampoco es fácil enfrentar la muerte de un niño y hay que estar preparado porque los profesionales deben ser bastión, fortaleza, acompañando hasta el final con dignidad, escucha y empatía”.
En el marco de la Estrategia de Cuidados Paliativos Pediátricos, se ha apostado por esta formación específica. Por una parte con formación a los profesionales que integran los equipos y que se han formado tanto en el Hospital Niño Jesús de Madrid como en el de la Arrixaca de Murcia, y por otra parte, con formación dirigida a profesionales de Atención Primaria en la que han participado ya más de un centenar de profesionales.
La directora general ha destacado el papel “precursor” que desempeñó Antonio Cepillo, “un faro de la humanización en nuestra región y que fue un empuje tremendo para ese Plan de Humanización que tenemos dos años funcionando y del que en breve publicaremos la primera evaluación”.
Finalmene, Marín ha tenido unas palabras para la asociación SMILE, que recibirá una mención por su colaboraicón en Pediatría. “Son una asociación de estudiantes, de aquí de la Facultad que hacen voluntariado en el hospital. Una iniciativa maravillosa que nos demuestra que la humanización debe empezar en la formación, poniendo el foco en las Universidades, en los colegios, porque esta forma de pensar enfocados en las necesidades de los demás, tiene que comenzar en el contexto formativo”.
Junto a la directora general han participado en la inauguración el gerente de la GAI de Albacete, Alberto Sansón; la jefa del Servicio de Pediatría de Albacete, Carmen Carrascosa; y la decana de la Facultad de Medicina de Albacete, sede de las jornadas, Silvia Llorens; y el coordinador de Humanización de la GAI de Albacete, José Miguel García.
Todos ellos han profundizado en el legado del pediatra de Albacete, Antonio Cepillo, cuya trayectoria profesional fue todo un referente en humanización, por su forma de entender y abordar la Medicina, no solo en Albacete sino a nivel regional y nacional. Un pediatra que puso en el mapa la humanización, trabajó por ella, aún sabiendo que su esperanza de vida era corta, sacó energía y trabajó por cambiar cómo se hacen las cosas y cómo se trata al paciente pediátrico, desde el juego y la empatía, sin descuidar a su familia, a su entorno.