La violencia, es decir el comportamiento que puede causar daño o miedo a los demás, está presente en muchos lugares de la sociedad y la gran mayoría de las veces no está relacionada con los trastornos mentales. Son muy importantes los aspectos socioculturales y del entorno que contribuyen a crear un clima que fomenta la violencia y son esos los aspectos que debemos cuidar de forma colectiva. Es cierto que el consumo de sustancias tóxicas, como el alcohol o los estimulantes, pueden llevar a perder el control o inducir estados de agitación. Por eso es importante evitarlas. No existe un único factor, pero el mito de la enfermedad mental asociada a la violencia hay que desterrarlo. Son muchas más las personas con trastorno mental que tienen miedo y no se integran en la sociedad. Se debe hacer el esfuerzo por entender que las personas con trastorno mental pueden hacer una vida normalizada en la comunidad y favorecer su inclusión social.