Hipnosedantes
Los hipnosedantes son medicamentos que, cuando son prescritos por el médico/a y se utilizan siguiendo sus indicaciones, pueden ser muy útiles para ayudarte a resolver algunos problemas de salud. Sin embargo, como la mayoría de los medicamentos, no son inocuos y pueden provocar efectos adversos o no deseados. Cuando se consumen sin estar prescritos por el médico/a, o de una forma diferente a la pauta indicada, pueden producir una reacción grave.
Los hipnosedantes son poderosamente adictivos y su efecto se puede potenciar cuando se combinan con otras sustancias (alcohol u otros depresores del Sistema Nervioso Central) resultando, en ese caso, altamente peligrosos. Aunque nunca deberían tomarse sin receta médica y sin la supervisión del tratamiento, los datos disponibles indican que muchos adolescentes y jóvenes ponen en riesgo su salud consumiéndolos de manera inadecuada.
En caso de que algún familiar o amistad atraviese por un momento difícil, experimente ansiedad o insomnio, especialmente si es menor de edad, no le aconsejes ni facilites hipnosedantes. El apoyo emocional y algunas pautas de comportamiento pueden ayudarle.
Recuerda: “Los hipnosedantes recetados por tu médico/a son sólo para ti”.
De qué medicamentos estamos hablando
Los hipnosedantes son un grupo de psicofármacos depresores del Sistema Nervioso Central con efectos ansiolíticos como Lorazepam, Bromazepam o Alprazolam; efectos hipnóticos como Lormetazepam y Zolpidem, y efectos sedantes, relajantes musculares o anticonvulsivantes como Diazepam y Clonazepam.
Son un grupo de medicamentos que tranquilizan, relajan, calman la excitación nerviosa o provocan sueño.
Estos medicamentos están indicados en el tratamiento de los síntomas de estrés, ansiedad e insomnio pero implican riesgos importantes por lo que requieren SIEMPRE de receta médica para ser dispensados en las farmacias.
Efectos adversos y contraindicaciones
Los hipnosedantes, como la mayoría de medicamentos, no son inocuos pudiendo provocar efectos adversos o no deseados. Consumirlos, cuando no han sido prescritos por el médico/a o de forma diferente a la pauta indicada pueden producir una reacción grave.
Entre los efectos adversos más frecuentes se incluyen: sedación, alteraciones psicomotoras (que afectan a la coordinación, al equilibrio…) y trastornos cognitivos (en relación con el lenguaje, desorientación, dificultad de concentración…), de manera que con su consumo puede verse alterada la capacidad para realizar ciertas tareas como, por ejemplo, conducir vehículos.
Tolerancia y adicción
Uno de los riesgos de los hipnosedantes para la salud es su gran componente adictivo. Su consumo puede generar tolerancia (necesidad de aumentar la dosis inicial para conseguir el mismo efecto), dependencia (aparece con el uso prolongado del fármaco) y síndrome de abstinencia (cuando se cesa en el consumo).
Los síntomas relacionados con un síndrome de abstinencia son temblores, sudoración, palpitaciones, insomnio, vómitos, alucinaciones, agitación psicomotora y convulsiones.
La mezcla con otras sustancias, en concreto, alcohol u otros depresores del sistema nervioso central, puede resultar altamente peligrosa al potenciarse el efecto de los hipnosedantes, aumentando el riesgo a presentar una sobredosis.
Elevado consumo en menores
El consumo de hipnosedantes entre la población más joven es muy preocupante ya que ocupa el cuarto lugar entre las sustancias más consumidas. Las y los adolescentes empiezan a consumirlos demasiado pronto (14,1 años) y es demasiado fácil conseguirlos (el 46,7% considera que pueden obtenerlos fácilmente).
Los hipnosedantes nunca deberían ser ingeridos sin receta médica y sin la supervisión del tratamiento, especialmente en el caso de adolescentes y/o jóvenes.
Los hipnosedantes recetados por tu médico/a son sólo para ti
No compartas con nadie la medicación, especialmente con los más jóvenes.
Consumir hipnosedantes sin receta médica y sin la pauta indicada puede producir efectos graves.
Si tienes estos medicamentos en casa guárdalos en un lugar seguro.
Procura controlar periódicamente la cantidad que guardas en el botiquín para descartar su consumo por algún miembro de la familia.
Retira de la farmacia la medicación indicada según vayas necesitándola. No acumules medicamentos en tu domicilio ya que ello dificultará su control.
Alternativas en situación de ansiedad o insomnio
Si alguna persona de tu familia atraviesa un momento difícil, experimenta ansiedad o insomnio, especialmente si es un menor de edad, NUNCA le sugieras tomar un hipnosedante. El apoyo emocional y algunas pautas de comportamiento pueden ayudarle.
Algunas indicaciones que pueden ayudarte:
- Realizar ejercicio regular (no previo a acostarse).
- Practicar la relajación: Bienestar Emocional - Técnicas de relajación
Relajación y bienestar psicológico
- Incorporar pautas que favorezcan el sueño como:
- Evitar comidas copiosas.
- Fijar unas horas para acostarse y levantarse, procurar un ambiente que sea tranquilo y confortable y evitar antes de ir a dormir el uso prolongado de pantallas que emitan luz.
- Evitar, especialmente por la tarde y noche, el consumo de alcohol o de estimulantes (cafeína, tabaco…).
- Incluir antes de acostarse algún ritual favorecedor del sueño como un baño caliente, una infusión, leer…
- Buscar ayuda psicológica si fuera necesario.
Dudas
En caso de duda, busca ayuda en tu farmacia o centro sanitario. Pueden ayudarte.