Grupo 5. Sensibilización, formación, y diseminación del conocimiento en relación al cambio climático y la salud
No es posible la actuación ante el cambio climático sin disponer previamente de un mejor conocimiento del problema, las causas que lo originan, sus consecuencias, y las respuestas que se pueden desarrollar desde diferentes ámbitos.
Por tanto, el conocimiento constituye el primer paso cuyos resultados orientarán futuros proyectos y políticas. El conocimiento detallado de las condiciones actuales del clima, la estimación de las proyecciones futuras y la evaluación de los posibles impactos son elementos imprescindibles para la puesta en funcionamiento de políticas y estrategias adecuadas.
El conocimiento de los impactos del cambio climático en el sector de la salud está aumentando, sin embargo, se necesita orientación y formación para desarrollar estrategias integrales de adaptación en los sistemas de salud que permitan el fortalecimiento de los mismos ante los impactos previstos.
Considerando lo anterior, y centrando nuestro ámbito de actuación en la Consejería de Sanidad y el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, un organismo que acoge a más de 25.000 trabajadores y con el que interacciona, de una forma u otra, la mayoría de la población castellanomanchega, se debe considerar y potenciar su capacidad, para en primer lugar producir conocimiento y trasmitirlo tanto a nivel interno como hacia el exterior.
Por tanto, formar al personal del SESCAM en temas relacionados con el cambio climático, medioambiente y salud, debe ser un factor a considerar y desarrollar en el futuro.
Es importante hacer partícipes de este proceso a las instituciones docentes, facultades de medicina, escuelas de enfermería, programas de formación salud pública y otros programas que permitan intercambiar información y recursos para que los profesionales puedan estar mejor preparados para abordar los problemas de salud relacionados con el cambio climático.
Uno de los objetivos de formación y conocimiento, puede ser la elaboración de listados y o documentos sobre mejores prácticas que se puedan poner en marcha como forma de ayudar a informar sobre medidas resilientes además de compartir lecciones aprendidas de otros sistema de salud u hospitales.
Considerando la acción hacia el exterior, se debe proporcionar a los ciudadanos información permanente sobre medidas que deben adoptarse a escala individual y los recursos comunitarios existentes a los que pueden dirigirse, en relación a riesgos vinculados al cambio climático.
Se debe transmitir a la población el efecto beneficioso que sobre la salud puede ejercer el mantener unas determinadas temperaturas ambientales, no abusando ni del aire acondicionado ni de la calefacción y su influencia en el ahorro energético y reducción de la contaminación atmosférica.
Es importante vincular estas acciones, tanto a nivel interno como externo, con lo desarrollado en el ámbito educativo y los programas de educación ambiental o sobre hábitos saludables.
Igualmente, se debe tener en cuenta la formación del personal técnico de los sectores residenciales de la tercera edad y educación infantil en temas de cambio climático y salud. La colaboración con los departamentos de Bienestar Social es importante en este sentido.
También se debe informar y formar a los trabajadores y empresarios sobre el incremento de temperaturas y la prevención de accidentes laborales.
Por último, se debe considerar la evaluación de recursos y la identificación de iniciativas, políticas públicas/municipales y legislación vigentes para ayudar a respaldar la acción ante el cambio climático en el ámbito de la salud, permitiendo igualmente identificar a partes interesadas dentro de la organización y la comunidad para posibles colaboraciones.