En nombre de mi familia quiero agradecer la atención prestada en el Servicio de Urgencias y en la séptima planta del Hospital Virgen de la Luz de Cuenca. Mi padre fue ingresado en Urgencias como consecuencia de una caída en el domicilio, después de ser atendido por los sanitarios del 112 el lunes 27 de julio. Queremos agradecer, especialmente al facultativo que le atendió, la información que nos facilitó y el trato correcto y respetuoso. Nos permitió permanecer a su lado mientras se le realizaron las pruebas diagnósticas, en un momento difícil por la pandemia, y nos posibilitó que continuáramos junto a él en la 7ª planta, en sus últimas horas hasta su fallecimiento. De igual forma, queremos agradecer la sensibilidad de la supervisora de la planta séptima de hospitalización que atendió los requerimientos del médico de guardia y pudimos permanecer junto a mi padre en sus últimas horas. Nuestro reconocimiento y agradecimiento por su decisión, que sabíamos que no era fácil por la situación complicada por la crisis sanitaria. Nos gustaría hacerle llegar nuestro mensaje con mucho afecto. Gracias de corazón.

El pasado día 25 de mayo fui operado de urgencia por una apendicitis con complicaciones. Después de diez días de ingreso en el Hospital Virgen de la Luz de Cuenca, me dieron el alta el día 3 de junio con un seroma que precisaba de curas diarias en el Centro de Salud por parte de Enfermería. Desde el primer día el trato del enfermero José Collado, tanto personal como profesionalmente, fue más que satisfactorio. Ha estado muy atento al cuidado de la herida, interesándose por el estado de la misma día a día. En cada momento explicaba lo que hacía en el proceso de la cura y ofrecía consejos para los cuidados de la herida. Tuve complicaciones a lo largo de las semanas de curas que me obligaron regresar al Hospital en dos ocasiones y, en todo momento, José se portó estupendamente, preocupándose por el avance en el proceso. Hoy, después de casi dos meses de intensas curas, me ha dado el alta. Ha sido toda una experiencia y un verdadero placer haber caído en las manos que tiene este gran profesional. Muy agradecido.

Quiero mostrar mi agradecimiento a la fisioterapeuta Sandra Alonso Montalbán del Centro de Salud de Belmonte (Cuenca) porque sin conocerme de nada, no dudó en hacerme un favor en los duros momentos que estábamos viviendo en mi familia. Estas cosas no se olvidan y te lo agradeceré eternamente. Y a la enfermera María Jesús Musarra Expósito, mi gratitud por la atención que siempre ha prestado a mi padre. Siempre estuvo ahí. Y también por el interés que ha tenido en todo momento y la preocupación que ha mostrado hacia nosotras después de todo lo pasado. No hay palabras para agradeceros todo esto. Vuestra actitud dice mucho de vosotras como profesionales y como personas. Muchas gracias por todo.